La decepción de un mal retorno
Tras seis años de ausencia televisiva, vuelve a la gran pantalla la serie más importante de la década de los noventa y, probablemente, la más relevante del Siglo XX, en cuanto a su categoría de título de ciencia ficción especialmente longevo en medio mundo.
Expediente X no sólo se convirtió en todo un fenómeno social a mediados de los 90, lo que llegó a otorgarla la denominación de serie de culto, sino que además, abrió el camino a numerosos títulos cuyo éxito residía y reside en la mezcla de géneros, aderezada con una conspiración que, generalmente, llega hasta lo más alto de la Administración. Sobra decir, que aquellos intentos de copia, siempre han resultado menos exitosos que el producto original, pese a las mejoras técnicas con las que se cuenta hoy en día y que no existían en 1993.
No engaña la promo de esta segunda incursión de Expediente X en la gran pantalla ("el mayor de los misterios", dice), pues, es cierto que está repleta de ellos. El primero que se le plantea al espectador es por qué tras diez años denominándose Expediente X, la nueva película se vende como X- Files, y lo que es aún peor, por qué se ha reemplazado el subtítulo original I want to believe (Quiero Creer) por el anodino Creer es la clave, eliminando así la que probablemente sea la referencia más inequívoca a la serie, con permiso de su cabecera.
El segundo misterio, también adherido a la versión en español, es el cambio de voz de Dana Scully, quien durante las nueve temporadas de la serie y en la primera película fue doblada por Laura Palacios, pero, que en esta ocasión ha tomado la voz de María del Mar Tamarit, arrebatando a Scully gran parte del carisma que le otorgaba su doblaje en español, que siempre fue perfecto, llegando incluso en ocasiones a mejorar la propia voz de Gillian Anderson.
Por lo demás, ningún misterio resulta infranqueable en esta nueva película, y mucho menos aterrador, como pretendía hacernos creer Chris Carter, creador de la serie. X-Files: Creer es la clave es una película dirigida exclusivamente a los seguidores más fieles o a los que realmente quieren creer, pues sólo ellos son capaces de encontrar sentido a esta nueva historia, que perfectamente podría haber sido sacada de una mezcla entre un mal capítulo de CSI o Sin Rastro, mezclado con minimizados extractos del argumento de algún que otro capítulo de la propia serie.
El de esta película es un argumento mediocre y pobremente desarrollado, que aun dejando preguntas en el aire, no te incita a imaginar respuestas, como sí lo hacía Fight the Future, en la que, paradójicamente, se podía avanzar menos en la trama porque la serie seguía en el aire. Yo, ingenua, pensaba que con todo el tiempo libre que había tenido Carter durante estos seis años de ausencia, sus neuronas habrían estado maquinando una vuelta a lo grande, y que la trama se retomaría donde la dejó el último capítulo de la serie en su novena temporada o bien, que retrocedería para clarificar algunos asuntos clave. Pero, nada más lejos de la realidad.
CONTINÚA...